En la política canaria, nunca nadie, había perseguido a sus adversarios políticos con el único
fin de someterlo a sus designios. Estos políticos pisotean de forma inédita
la dignidad humana, más que la dignidad política.
En Canarias, existen políticos que utilizan sus contactos con altos niveles de
los cuerpos de seguridad del Estado, para alcanzar objetivos de poder, instrumentalizando
la justicia con juicios paralelos a través de medios de comunicación afines. La peor de las
injusticias, son aquellas que se condenan públicamente. O de aquellas Sentencias que
pudiendo tener otro final, los Tribunales se inclinan hacia el lado de los instigadores.
Sí, esos que aquí los calificamos como políticos vilipendiadores.
Esta forma de actuar solo las utilizan los tiranos viles, personas que son pequeñas
en las más crueles injurias, que con su vileza solo demuestran su condición de rastreros,
que jamás adquirirán estatura política, porque carecen de alternativas que ofrecer al
pueblo que quieren gobernar. No existen peores gobernantes que los que utilizan vilmente
la justicia a su favor.
La política canaria se encuentra ahora en manos de viles políticos. No vacilan en efectuar
los peores actos con el fin de lograr el poder. Y el peor acto de todos, el de mayor vileza, es la
utilización de
canario. Ni la dignidad humana de la persona.
Actos viles contra quienes piensan y dicen las cosas que esperan escuchar los ciudadanos
canarios. Dichos actos viles no podrían ser dirigidos, sin la ayuda de profesionales de la radio y
de la prensa. Son los que instrumentalizan el sucio juego público, con juicios paralelos. Ese
conjunto de viles instigadores endofóbicos quieren que el canario no piense ni hable, solo exigen
que les escuchen y hagamos lo que ellos dicen. Esa es una verdad a medias, porque ellos también
deben de tener libertad de expresión. Nosotros como canarios, también tenemos el derecho no
solo a la libre expresión, sino a la lucha por la dignidad human, para que los canarios expresen
libremente el deseo a ser libres, sin miedo alguno, nunca sumisos al poder de los foráneos.
Todo esto viene a cuento, porque me tiene mosqueado la forma en que antes, y no ahora,
con anterioridad en casos similares o peores, mientras,
¿Por qué ahora sí?.
es otra que la un cambio de Gobierno. Cruel realidad para quienes no piensen y actúen,
como el político y dirigente vilipendiador. Ni siquiera dentro de su propio partido, pueden
actuar de manera diferente a lo que piensa el jefe. Un director que carece de partitura
original para dirigir, no puede ser jefe de nada. Madrid no tolera que Canarias pidan
competencias exclusivas del Estado. Ellos saben que el nacionalismo que ha venido
representando a los canarios, mercadean, cambiando por dinero aquellas competencias
que inicialmente suelen reivindicar.
Hoy el problema es otro. No es igual que hace cinco años. Ahora el problema es el elevado
nivel de concienciación ciudadana que están adquiriendo los canarios. Ahora el problema se
llama libertad de expresión. Hoy el problema entra en Canarias por Internet. La inmensa
cantidad de canarios saben lo que conocían solo unos pocos nacionalistas. El desconocimiento
era provocado por esos que hoy son los canarios que actúan vilmente contra sus propias gentes.
Tiene miedo que se hable con libertad de expresión, porque eso puede conducir al pueblo
canario a ser libre. Puede llenar de dignidad a los que se identifican primero canarios, luego,
la mezcla de donde procedemos, pero canarios ante todo. Y eso, dice a las claras que los
canarios queremos recuperar la libertad perdida. Sin libertad, no existe dignidad. Y sin
dignidad, no existe clase humana.
En Las Palmas de Gran Canaria a, 14 de diciembre de 2008
Firmado: Antonio Rodríguez de León - DNI 42.697.787N
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